Ha regresado el público, que pase

La vuelta a los escenarios en Portugal se sintetiza en el Festival de Almada con varios estrenos en su fin de semana inaugural

Javier Vallejo in El País 11 Julho 2020 | notícia online

Sin mascarilla, aliento con aliento, fajándose como luchadores de sumo, los protagonistas de Mártir representan el mundo tal como era hasta hace unos meses y tal como volverá a ser más pronto que tarde, pues no hay pandemia que se lleve por delante la libertad humana ni la expresión de los afectos de modo perdurable. El Festival de Almada (municipio obrero situado frente a Lisboa, en la otra ribera del Tajo) abrió su 37 edición con esta pieza dirigida por Rodrigo Francisco en la que Marius von Mayenburg expone el choque entre una profesora de educación sexual y un alumno embebido en la lectura de los evangelios. Entre el público asistente estaba Antonio Costa, primer ministro portugués. Unos metros más allá, en la sala grande del propio Teatro de Almada, el presidente Marcelo Rebelo de Sousa asistía a la otra función inaugural: Súbitamente, el último verano, un tennesseewilliams dirigido con pulso melodramático infatigable por Carlos Avilez.

Rodrigo Francisco, director del festival y de la compañía de Almada, cuenta cómo durante el mes de abril su equipo telefoneó a los socios del Club de Amigos del Teatro para consultarles si estarían dispuestos a asistir al festival: “Más de la mitad nos respondió que sí sin pestañear”. Con su respaldo y el plácet gubernamental para retormar la actividad escénica, decidió seguir adelante: “Mantener el teatro cerrado hasta septiembre es peligroso, puedes alejar a tu público”, explica. “Pusimos parte de nuestro repertorio en línea, para quien quisiera descargárselo, pero casi nadie lo hizo. En eso tuvimos un fracaso estrepitoso, del que me felicito”, ironiza Francisco, en alusión a que, como toda liturgia, el teatro requiere el encuentro presencial entre oficiantes y parroquia.

'By Heart', de Tiago Rodrigues.
‘By Heart’, de Tiago Rodrigues.

Inédita todavía en España, Mártir es una comedia dialéctica, pues entrevera los conocimientos y los puntos de vista que un chaval, su madre, sus compañeros de clase, su profesora, el director del colegio y otros personajes tienen sobre la pulsión sexual, la educación y las relaciones entre iguales. Von Mayenburg habla también de sesgos cognitivos, de la imposibilidad de entender al otro y de creencias que desembocan en fanatismo. La puesta en escena de Francisco, clara, limpia, ágil, prende la atención de cabo a rabo. Cabe objetarle la visión lineal que ofrece de su joven protagonista, cuyas convicciones deberían estar mejor defendidas para tener al espectador más en duda antes de esclarecerlo todo.

A grande emissão do mundo português, espectáculo sobre la Emissora Nacional, creada en 1935 como un servicio público para vehiculizar las ideas, la cultura y la propaganda del Estado Novo, régimen autoritario de Antonio de Oliveira Salazar, es una sátira en la línea de El manual de la buena esposa o La Sección. El dramaturgista Jorge Palinhos rescata noticias, diálogos cómicos, anuncios y canciones emitidas entre 1940 y 1961, a las cuales sus cinco coprotagonistas les dan nueva vida con un excelente trabajo vocal en el que reproducen con exactitud el estilo de locución eufónico pero atildado que caracterizó aquella época. También está lograda plenamente la reproducción de canciones como Que Deus me perdoe, popularizada por Tomé de Barros Queiroz, o Esta vida é um corridinho, del gran actor João Villaret. ¿Cuándo se hará un espectáculo similar sobre Radio Nacional de España, la otra gran emisora pública ibérica, creada apenas dos años después?

También durante el primer fin de semana del festival se representaron O Mundo é redondo, puesta en escena de Antonio Pires inspirada en un texto de Gertude Stein, y Turma do 95 (Promoción del 95), teatro documento en el que Raquel Castro, su intérprete, expone, tras larga investigación, lo que ha sido de sus compañeros de colegio con el transcurso de los años, siguiendo el modelo de Class of 76, de la compañía británica Third Angel. En By Heart, que suma ya cerca de 250 representaciones, diez espectadores voluntarios recitaron a Shakespeare con mascarilla y Tiago Rodrigues, director del lisboeta Teatro Nacional D. Maria II, se afanó con desenfado en echar solución hidroalcohólica (líquido “despegacultura”, dijo) en las manos de todos ellos después de que tocaran los libros que les prestó.

Ignacio García, director del Festival de Almagro, anduvo tomando buena nota de los protocolos de higiene (itinerarios de acceso al teatro y de circulación por su interior, vaciado de la platea, etc.) de cara a su 43 edición, que comienza el martes próximo.

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